lunes, 27 de diciembre de 2010

Mecanismo eléctrico (elevadores).

Función y mecanismo de los elevadores

A los elevadores se los conoce con múltiples nombres, desde ascensor hasta montacargas. Su significado más general corresponde a su capacidad para realizar el traslado de personas o cosas (como el caso de los montacargas) de un piso a otro. En cuanto a su clasificación, se toma como parámetro la tracción, es decir, se los divide según operen por tracción eléctrica o bien por tracción oleodinámica. Asimismo, un elevador es una especie de polea de elevación.
Su mecanismo consiste en un cable que se desliza por la polea, la cual se va a encontrar siempre ubicada en la parte superior del ascensor. Sus movimientos hacen subir o bajar la cabina, cualquiera de los dos casos. En el otro extremo del cable es posible ubicar el contrapeso, que es el encargado de equilibrar el peso de la cabina junto con el peso promedio de los pasajeros que se van a encontrar dentro de ella. Los modelos del elevadores más modernos, por ejemplo, cuentan también con una cabina, pero que está sujetada por un chasis o armadura. Este chasis va a producir movimientos cuasiverticales a través de un hueco que se dispuso dentro o bien en la parte externa del edificio. Asimismo, se encuentra movido por la acción de un motor, que en otras épocas había sido un motor de vapor.

Elevadores eléctricos

        interior-elevadores
Como hemos señalado anteriormente, es posible realizar una distinción de los modelos de elevadores, según si son eléctricos u oleodinámicos, a lo cual agregamos un tercer tipo, que es el de los ascensores sin cuarto de máquinas. En el caso de los eléctricos, su composición consiste en una cabina que se deslizará por unas guías que nos remiten instantáneamente a los rieles de las vías de tren.

Dicha cabina produce este movimiento deslizante gracias al hecho de estar colgada de unos cables que descienden de una polea superior que, a su vez, está equilibrada con un contrapeso. Este contrapeso posee una masa que será equivalente al peso de la cabina en el momento de estar vacía, sumado al cincuenta por ciento de la carga máxima que se puede transportar. A continuación, se moverá por la acción del motor eléctrico (de ahí proviene el nombre del elevador) que es el impulsador de la polea, que dará como resultado el movimiento de la cabina. Ciertas normas imponen una regla: que el tamaño total de la cabina sea tal que dentro de ellas no puedan caber más personas que aquellas cuyo peso tiene la facultad de mover. Respecto al contrapeso sobre el que hemos hecho referencia, el mismo no presentará variaciones cada vez que se pretenda generar un movimiento hacia arriba o bien un movimiento hacia abajo.
Por esta razón, cuando los elevadores viajan hacia arriba con su carga totalmente completa, el motor va a producir la mayor fuerza o torque. En cambio, cuando la cantidad de pasajeros que están dentro de la cabina resulta ser del cincuenta por ciento de la máxima posible, entonces los pesos entre el contrapeso y la misma cabina van a quedar sumamente equilibrados, por lo cual el motor del ascensor no va a tener que esforzarse demasiado, en contraposición con el ejemplo anterior.

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